sábado, 24 de septiembre de 2016

396 Disminuir la corrosión

Para realizar nuestro experimento necesitamos un par de clavos de hierro, dos vasos, agua y papel de aluminio.

Uno de los clavos de hierro se introduce en un vaso con agua preferentemente caliente. Al otro clavo se le enrolla una tira de papel de aluminio antes de meterlo en otro vaso con agua.

Después de unas horas se aprecia a simple vista que el primer clavo se oxida y aparece recubierto de orín. Pero en el segundo clavo la oxidación es mucho menor. Si se saca el segundo clavo del agua y se retira la tira de aluminio vemos que en la parte del clavo en contacto con el aluminio la oxidación es mucho menor.

La corrosión es el deterior de los metales producido por reacciones con el medio ambiente. La mayoría de los metales se oxidan con relativa facilidad en contacto con el oxígeno atmosférico y con la humedad formando óxidos metálicos.

Algunos métodos para minimizar la corrosión del hierro:

- Recubrir la superficie del metal con alguna capa protectora.
- Recubrir el metal con una capa de otro metal (se suelen usar cinc, estaño o cromo).
- Conectar el hierro a otro metal que se oxide con mayor facilidad (protección catódica). El metal más fácilmente oxidable se denomina ánodo de sacrificio.



domingo, 18 de septiembre de 2016

395 Resistencia al viento

Para realizar nuestro experimento colocamos un círculo de papel de unos tres centímetros de diámetro sobre tres alfileres clavados en una base. El trozo de papel no se caerá por muy fuerte que se sople. Se puede usar un secador de pelo para que el experimento resulte más vistoso.


La corriente de aire que cae sobre la cara superior del trozo de papel aumenta la presión sobre los tres alfileres que sostienen el papel impidiendo que caiga. Si se baja el secador de pelo y se dirige el chorro de aire horizontalmente el trozo de papel sale volando al primer intento.



sábado, 10 de septiembre de 2016

394 Aeromotor casero

Para realizar nuestro experimentos necesitamos una hoja de papel, lápiz, regla, compás, tijeras y un soporte vertical.

En primer lugar dibujamos en la hoja de papel dos círculos concéntrícos, de tres y seis centímetros de diámetro, procurando no perforar el papel con la aguja del compás. Luego dividimos los círculos en ocho partes iguales y trazamos unas rectas paralelas a los diámetros de manera que las rectas corten los dos círculos (ver los detalles en el vídeo). Finalmente cortamos ocho porciones de papel y doblamos hacia abajo para dar forma a las palas o álabes de nuestra hélice de papel.

Se puede sostener la hélice en equilibrio sobre la punta de un clavo o aguja. Para evitar que se caiga podemos usar un lápiz para hundir ligeramente el centro de la hélice, procurando no perforar el papel.

El aparato, un anemoscopio casero, es capaz de detectar corrientes de aire muy ligeras. 

Si la hélice se coloca a una cierta altura sobre la llama de una vela la corriente de aire caliente ascendente (corriente de convección) pondrá en marcha nuestro aeromotor que girará con una cierta velocidad.